Del sureste francés a los Altos Alpes

Fue toda una sorpresa descubrir el rastro de mi abuelo Antonio en los Alpes. Jamás se me había pasado por la cabeza esa posibilidad, sobre todo, teniendo tan grabada la idea de que su vida en Francia estaba vinculada a Marsella, que era el único lugar sobre el que, desde los primeros momentos de la investigación, tenía seguridad de que había vivido mi abuelo. Nunca había escuchado en la familia nada al respecto.

Con esa idea hicimos nuestro primer viaje a Marsella en el mes de julio del año 2015. En esos momentos contaba con muy poca información sobre mi abuelo, apenas los datos que se recogían en su partida de defunción, que me habían proporcionado desde el Consulado de esta ciudad. La intención, además de pasar unas vacaciones con nuestros amigos Nathalie y Daniel, era visitar los lugares donde podía haber estado Antonio en esta ciudad, e intentar buscar alguna información más en los Archivos Departamentales de las Bocas del Ródano ( a partir de ahora ADBR), siguiendo la investigación que ya había iniciado en su página web. 

La casualidad hizo que meses antes, nuestros amigos franceses nos hubieran invitado a pasar unos días junto a ellos en esa ciudad mediterránea. Su hijo Paul, había terminado la carrera de Trabajador Social, tenía interés en trabajar con jóvenes con problemas en el barrio de L'Estaque. En realidad, la perspectiva de ese viaje es la que hizo que arrancara de una forma un poco más seria la investigación sobre mi abuelo, y empezara a obtener las primeras informaciones fiables, como es su partida de defunción que me proporcionó el Consulado de Marsella, y con ella el lugar de su fallecimiento, donde debía estar enterrado, o su propio domicilio. Consulté también la información digital que ofrecía la página web de los ADBO. En esos momentos, todo era muy confuso. Mi información sobre el contexto histórico de los años 30 y 40 en Francia, y de los exiliados españoles, era muy floja. Enseguida comprendí que era imprescindible profundizar en ello para poder entender muchas cosas, y poder narrar esta historia.  A la fecha del viaje, la información concreta que tenía sobre mi abuelo era muy escasa.

Aunque pasamos unos días maravillosos, los pocos datos de que disponía sobre mi abuelo en Francia, el desconocimiento histórico ya citado, y que, al fin y al cabo, eran unas vacaciones en familia, hicieron que avanzara muy poco en la investigación. Aunque visitamos algunos lugares interesantes, en esos momentos, iba dando palos de ciego. La visita a los Archivos Departamentales, tampoco pude  realizarla finalmente, porque había que priorizar, y tampoco tenía mucha idea de lo que buscar. 

Al regresar de esas vacaciones, me tomé un poco más en serio la búsqueda, y empecé a trabajar en varios frentes. En esos días dirigí consultas a distintos organismos, y en concreto una a los ADBR, interesándome por cualquier documentación que pudieran guardar sobre mi abuelo Antonio Gómez López, para lo que les aporté los datos que tenía sobre él en esos momentos, que eran los que aparecían en su partida de defunción: su nombre, fecha de nacimiento, edad, que había trabajado como estibador en el puerto de Marsella en los años 50, el domicilio donde había vivido en esa ciudad, y el lugar y fecha de su fallecimiento. Pregunté en concreto sobre las informaciones que pudieran guardar sobre el hospital donde murió, el trabajo en el puerto, el internamiento en los campos de concentración, dónde podía estar enterrado, y su inclusión en los grupos de trabajadores extranjeros. 

Aproximadamente un mes después contestaron a mi consulta, indicando que habían localizado su rastro en varios documentos. Tras solicitar si podían mandarme copia y/o ampliarme la información, amablemente me indicaron que yo era quien debía realizar la investigación en el lugar, aunque me enviaron copia de los documentos que ya habían localizado ellos. 

Para lo que me interesa en este momento, fue muy revelador que entre los documentos que me remitieron se encontrara su Ficha de Identidad de Trabajador Extranjero. A veces, poder acceder a una información relevante para una investigación supone un cúmulo de casualidades. Como he contado otras veces, el nombre de mi abuelo es demasiado común para poder asegurar, cuando aparece en un listado sin ninguna indicación más, que se trata realmente de él. En la ficha de trabajador mencionada, sin embargo, aparecían otras informaciones que permitían afirmar con toda certeza que se trataba de mi abuelo. Aparece el nombre de mi abuela, Felisa Corroto, como la persona a la que avisar en caso de urgencia, y el domicilio que la familia tenía en Toledo en ese momento, la Calle San Juan de la Penitencia nº 9. Aunque hay muchos datos interesantes, del que quiero tratar ahora, es el que referencia a un "4º Agrupamiento, Grupo 78" (4º Groupement de Trabailleurs Etrangers (GTE), Groupe hº 78). Todo esto era nuevo para mí. No tenía ni idea de qué eran estos grupos. Buscando información, había conseguido saber que esos grupos y/o agrupamientos eran la continuación, después de la debacle francesa ante los alemanes, en junio de 1940, de lo que hasta ese momento habían sido denominadas Compañías de Trabajadores Extranjeros. 

Sin este documento la investigación habría topado con un obstáculo importante, en el sentido de que en el archivo marsellés, no había nada más que pudiera conducirme a algún lugar en Francia, que no fuera Marsella. Dar con este documento buscando la pista de mi abuelo en Marsella, y en esos primeros momentos de la investigación, puede considerarse una casualidad, pero también,, como descubriría más tarde,  el hecho de que ese documento se encontrara en Marsella es un accidente histórico, un azar de la guerra.

De momento, nada en él hace referencia a algún lugar distinto de Francia, es más, algunas informaciones apuntaban a Aix-en-Provence, a pocos kilómetros de Marsella, como la sede administrativa de este agrupamiento, y, en cierto modo, ratifica, o justifica, mi idea inicial de la vinculación de mi abuelo con Marsella, y, que la misma razón, por tanto, su estancia allí, debía remontarse a muy antiguo, probablemente desde los primeros momentos de su llegada al país galo. Aunque la ficha en cuestión no tiene fecha de creación, existen unas anotaciones en la misma que hacer referencia a incidentes ocurridos con mi abuelo, a mediados de 1943 y principios de 1944, que veremos más adelante. En ese momento, tenía sentido que todos los años del exilio, desde que salió de España, los hubiera pasado aquí, incluido el periodo de la guerra mundial, vinculado probablemente a ese Agrupamiento de Trabajadores Extranjeros que citaba la ficha.  Un dato interesante era que parecía quedar claro que dicha vinculación, por lo menos en esos momentos de 1943 y 1944, era "forzada", por las anotaciones referidas a sendas fugas, y una captura posterior, algo que, en lugar de aclararme la situación, me confundía aún más. Si vivía en Marsella tranquilamente, trabajando en el puerto, por qué había tenido que huir, o qué tenía que ver Aix-en-Provence, en todo este lío. Esas fechas, además, son muy tardías, y por lo tanto, se hacía evidente un enorme vacío entre el final de la guerra civil y mediados de 1943, que también había que rellenar. 

Al empezar a profundizar en los datos, se me hizo evidente que existían contradicciones en relación a algunos aspectos de los que aparecen en la ficha. Antes de proseguir, tenía que intentar saber algo más sobre qué eran las CTE ó los GTE (En el orden de este texto, como ha comprobado el lector, ya he explicado que eran las CTE en el capítulo anterior a propósito de la salida de los campos de concentración. En este caso, la intención de conocer más sobre las compañías, se cita aquí, debido a que en el proceso de investigación, fue en este momento, antes de investigar o conocer sobre la salida de los campos, cuando tuve que ampliar mis conocimientos sobre este aspecto)

Buscando información sobre ese 4º agrupamiento y grupo, localicé una circular del organismo que gestiona las pensiones de jubilación en Francia[[1] Circulaire nº 18/80 du 7 février 1980, Caisse nationale d'assurance vieillesse], cuyo objetivo era reconocer los periodos de prestación para la valoración de la pensión de jubilación de personas que hubieran estado adscritas a las CTE, ó los GTE, en su momento. Dicho documento incorporaba una lista “no exhaustiva”, constituida por las compañías o grupos que habían sido constituidos durante la segunda guerra mundial. Entre las CTE que aparecían en el listado, se encontraba la 78, con tres lugares de estacionamiento: Aspres-sur-Büech, Briançon y Rivesaltes. Sin embargo, en el listado de GTE, no aparece el 78. Como ya comenté las GTE fueron la continuidad natural de los CTE, aunque bajo un régimen distinto, el Ministerio de Trabajo, en lugar de la dependencia militar. Viendo la historia de la transformación de los CTE en GTE, no tenía por que haber relación alguna entre unos y otros, en cuanto a sus componentes. Es decir, el 78 CTE, al convertirse en el 78 GTE, podía haber sido formado por personas totalmente distintas, y por lo tanto, como el documento de liberación de Antonio habla del 78 GTE, y el documento de las pensiones del 78 CTE, podían ser cosas totalmente diferentes. Entre ambas fórmulas o denominaciones "administrativas", existió una derrota bélica, una ocupación enemiga del territorio francés, y un régimen político, el de Vichy, totalmente diferente al que existía antes de la derrota. Las GTE funcionaron durante la ocupación alemana, bajo el control administrativo del gobierno colaboracionista de Petain. Sin embargo, había que seguir esta pista, porque era la única que tenía, confiando en que tal vez, el 78 CTE se había convertido en el 78 GTE, y los lugares de estacionamiento podían ser los mismos.

Los dos primeros lugares, Aspres-sur-Büech y Briançon, son municipios de los Altos Alpes, y el último, uno de los campos de concentración creados por los franceses para los españoles en el suroeste francés, muy cerca de Perpignan. Puesto que ya había realizado investigaciones en los Archivos departamentales de los Pirineos Orientales sin haber obtenido algún dato referente a la presencia de Antonio en Rivesaltes (o por lo menos no conseguí una información que me dirigiera a este lugar), decidí intentarlo en los Alpes.

En el documento mencionado, referente a las pensiones, el 78 CTE aparece, sin ninguna duda estacionado en Aspres-sur-Büech, que se encuentra en “los Altos Alpes”. Este es un municipio muy pequeño, situado al oeste de la ciudad de Gap, cuya característica principal, desde el punto de vista de los refugiados españoles, es que en su territorio se encentra un “campo de internamiento", el campo de Pont de la Dame, que fue destinado a albergar a refugiados españoles, por lo que todo parecía cuadrar. En esos momentos desconocía como funcionaban las CTE y su enorme movilidad, y que dicho campo, como supe después, fue destinado principalmente a albergar a familias, solas o familiares de miembros de las compañías mencionadas. De pronto había dado un gran salto en la investigación, y en el espacio, abriéndose una nueva vía de búsqueda que empezaba a desvelar toda una gran epopeya, y me obligaba a ampliar mis conocimientos sobre el destino de los refugiados españoles en Francia después de la Guerra Civil. Todavía, en esos momentos, no vislumbraba la enorme complejidad de la estructura de trabajo creada por los franceses, antes y después de la guerra mundial, y que continuarían los alemanes después, o las diferencias entre una CTE y una GTE.

Dirigí una solicitud de información a los Archivos Departamentales de los Altos Alpes (ADHA), aportando los datos necesarios en cuanto a la identidad de mi abuelo, y lo que ya conocía sobre su inclusión en el 78 GTE, que aparentemente tenía su lugar de estacionamiento en el municipio de Aspres-sur-Büech. Unos días después me respondieron que, aunque tenían bastante documentación referente a ese centro, no habían localizado  el nombre de mi abuelo. En el archivo se habían centrado en las listas de trabajadores del campamento mencionado, como yo les había indicado. Sin embargo, me pidieron más información para poder proseguir la investigación, como el periodo en el que mi abuelo había llegado al campamento, si antes, durante o después de la Guerra Mundial, su edad, si iba acompañado o sólo, o si había estado en algún otro centro. A ese correo respondí con otro acompañando la Ficha de Trabajador Extranjero del 4º GTE, 78 Grupo, que me habían enviado desde los ADBR, e indicando que esa era toda la información en base a la cuál yo deducía que mi abuelo había estado en el campo de Aspres-sur-Büech.

Por suerte, un par de días después respondieron con un correo con toda una cascada de información sobre mi abuelo. Habían realizado una amplia investigación y me indicaban los ficheros de su archivo en los que podía existir más documentación referente a los temas que me interesaban, y ellos mismos investigaron en tres de esos ficharos, donde apareció el nombre de mi abuelo, y me proporcionaron copia de los documentos. No obstante, me indicaban, que ellos no podían hacer la investigación por mí, y que a partir de ese momento debía seguir yo sólo, bien personalmente en sus instalaciones de Gap, o bien a distancia. Los ADHA cuentan con un magnífico sistema de escaneado de documentos a distancia. Sólo hay que indicarles el fichero y los documentos, y ellos lo escanean y, una vez abonado el coste, te remiten una copia.

Aunque en ese primer momento los documentos fueron muy útiles para ampliar y seguir la investigación, pronto comprendí que era imposible determinar el grosor de los ficheros, ya que podían estar constituidos por unos pocos folios, o por miles, con lo que se impuso la necesidad de viajar hasta los Alpes para consultar los documentos in situ, lo que me permitiría, además, visitar personalmente los lugares que aparecían en esos archivos.

A partir de esas primeras informaciones pude situar, sin ningún género de dudas, a mi abuelo en los Alpes, y saber que se trató de una estancia prolongada, por lo menos hasta 1944. Sin embargo, el momento inicial de llegada todavía no estaba claro, o el “misterio” de por qué aparecía la ficha de mi abuelo como trabajador en un Grupo de Trabajadores de los Alpes, en Marsella, pero voy a intentar seguir el hilo cronológico de la investigación.

Uno de los documentos obtenidos en los ADHH, sitúa a Antonio en un lugar concreto de los Altos Alpes, en Diciembre de 1939, en Saint Martín de Queyrières. En esos momentos no había datos anteriores, o yo no fui capaz de localizarlos, ni siquiera cuando viajamos a Gap por primera vez, y consulté los archivos departamentales personalmente. Como vemos, la investigación está llena de saltos en el tiempo, y es difícil de construir un relato que conjugue la historia y su cronología, con la investigación, porque los datos que aportaba esta última no siguen esa lógica. 

A pesar de que el documento mencionado me proporcionaba como fecha “segura” de la presencia de mi abuelo en los Alpes, diciembre de 1939, con mucha probabilidad puedo decir que ya en julio de ese año, Antonio se encontraba en la zona. Si esto es así, y con las debidas precauciones, habría salido de los campos de concentración en la segunda hornada de creación de CTE, debido al número de la compañía a la que fue asignado, y su destino en la zona alpina, cerca de la frontera italiana, tendría que ver con que ya en esos momentos se veía muy posible el estallido de un conflicto armado con Alemania o Italia.

Con estas informaciones, Antonio debía haber permanecer en algún campo de concentración del suroeste francés todo este primer periodo, desde febrero de 1939, hasta julio. Mi madre cree que fue aquí donde mi abuela lo localizó a través de las gestiones de la cruz roja. Mis gestiones en relación a este organismo respecto a la búsqueda de algún dato relacionado con él, no han tenido éxito.

El 1 de julio, sin embargo, como veremos más adelante, parece que pudo salir del campo, con destino a una Compañía de Trabajadores Españoles, con sede en los Altos Alpes. Un inmenso salto hacia el norte, que lo separaba un poco más de España, y que lo lanzaba a otra aventura totalmente incierta, envuelta en el contexto del estallido de la Guerra Mundial, y que me llevaba a mí, casi ochenta años después, a su búsqueda en un espacio y contexto, totalmente nuevo.


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